Lufthansa Brasil

¿Has notado cuánto contribuye el espacio en el que trabajamos a nuestra productividad? Lufthansa en Brasil es uno de los pioneros en este movimiento. Con el traslado a una nueva sede en São Paulo, la empresa quería un espacio basado en cinco pilares: sectorización, uso del espacio abierto solo en los lugares adecuados, uso de ambientes flexibles, uso de la volumetría proporcionada por el techo de doble altura y uso de materiales con lenguaje industrial.

Fue a través de estos conceptos que la oficina de AFGR tomó un vuelo más alto, apostando por las soluciones corporativas y entornos de trabajo más avanzados. “La sectorización de espacios fue fundamental para el desarrollo del proyecto, ayudó a definir dónde usaríamos el concepto de espacio abierto y dónde tendríamos espacios más cerrados. Como la empresa alquilaba las cuatro salas del piso, pudimos unificar toda la losa, pero la recepción y el pasillo del ascensor terminaron dividiendo toda la oficina. Nos inspiramos en lo estilo industrial, ya que tiene todo que ver con el negocio del cliente. También intentamos utilizar referencias que se referían a la aviación, como contenedores y placas perforadas, que se asemejan al fuselaje de la aeronave”, dice Glauco Vitor Dias, de AFGR Arquitetos.

Toda la planta baja está ocupada por empleados, mientras que el entrepiso superior contiene las salas de reuniones. De esta forma, es posible intercambiar información entre empleados, que están todos en el mismo piso. Las áreas de espacios abiertos se ubicaron únicamente en los sectores donde se permitía su uso. Destinamos la socialización cerca del balcón, ya que su uso se puede integrar en caso de confraternización.

Todas las sillas de los empleados son iguales, lo que facilita posibles cambios de distribución. También hay una mesa para cuatro posiciones flexibles que son utilizadas por proveedores externos o para una charla informal. Un punto importante para el éxito del proyecto fue también la búsqueda de la satisfacción de los empleados y la empresa optó por una prueba a ciegas, con varias marcas, y se eligió Cavaletti Air. “La isonomía fue un punto clave. Todos deberían tener las mismas o al menos muy similares sillas, y ya aprobaron la comodidad y el uso en la prueba”, confirma Dias.

En la sala de reuniones, la silla elegida fue la Cavaletti Flip, un modelo con asiento abatible que permite una gran flexibilidad en cuanto a configuración del espacio, además de la practicidad del apilamiento horizontal cuando es necesario. En la recepción, la elección fue por la butaca Cavaletti Stretch que une materiales como el acero, la madera y revestimientos nobles en una misma pieza. La silla, con un asiento más bajo, proporciona un cambio de postura, creando ambientes con mucho estilo y ergonomía.

Ficha técnica